domingo, 20 de diciembre de 2020

Estética de lo cotidiano

 

Estética cotidiana

La "estética cotidiana" surge dentro de la disciplina académica durante el último siglo, esto a causa de la intención de expandir los límites de la estética más allá de su rol como una parte de la teoría de las artes.

Se integra el ámbito de lo cotidiano a este estudio con la voluntad de revalorizar aquellos elementos que destacan por su valor práctico y su principal interés es su funcionalidad, más allá de su aspecto.
De esta forma se resignifica el proceso de la descripción estética el cual anteriormente solo estaba vinculado al estudio de la contemplación artística y de lo bello.
Al ensalzar lo cotidiano como tópico de estudio estético, se incluyen como recurso de valor aquellas situaciones antes menospreciadas como demasiado comunes o vulgares para ser apreciadas o reconocidas.

Durante el siglo XX, la vida cotidiana cobró un creciente interés en las discusiones sobre la estética, dando lugar, entre otras cosas, a lo que hoy se conoce como estética cotidiana, una subdisciplina de la estética analítica en la cual los teóricos plantean que “las actividades desvinculadas del arte o la naturaleza pueden tener propiedades estéticas y hacer surgir experiencias estéticas significativas". En otras palabras, se admite que en la vida diaria existe un penetrante cariz estético, presente en labores relacionadas con la comida, la vivienda, el vestuario, el medio ambiente y el deporte, entre otros. Se origina en tres asuntos fundamentales: el desplazamiento de la obra de arte hacia la vida diaria, llevado a cabo por las vanguardias desde la segunda década del siglo XX; la concepción de la vida como obra de arte y, en tercer lugar, la omnipresencia de signos e imágenes en la época contemporánea. 

Antes de ser un concepto, la estética cotidiana es un término que emerge en el marco de una relación comparativa con la experiencia del arte y que pretende describir las cualidades estéticas otorgadas a otros dominios de la vida. En un primer momento, la estética cotidiana se entiende como una vía que conduce al individuo a ser más consciente del mundo y de sí mismo, toda vez que lo ordinario de la vida diaria se percibe en clave de experiencia artística. El término estética cotidiana aparece por primera vez en 1983. Tomando la noción de unidad de Dewey (2008), Josehp Kupfer (1983) sugiere experimentar la vida diaria como si de una experiencia artística se tratara. En Experience as art: aesthetics in everyday life (1983), Kupfer analiza los ámbitos del deporte, la violencia, el sexo y el salón de clase, sobre la base de una estética eminentemente educativa que, según él, contribuye al crecimiento físico, emocional, intelectual y social de todos los individuos.

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